Votamos en contra de la subida de impuestos que han aprobado el PSOE y el BNG por el impacto que tendrá para todos nosotros, que ya éramos los gallegos que más impuestos pagamos y que teníamos el segundo IBI más alto de la comunidad.
Por ejemplo, habrá subidas del IBI de hasta el 140% para unos 15,5 millones de metros cuadrados de suelo rústico en zonas de expansión que ahora tendrán que pagar como superficie urbana, aunque sin disfrutar de los derechos de esa clasificación hasta las zonas núcleo. Para corregir esta situación, presentaremos una propuesta de bonificación para las personas afectadas por este cambio.
No podemos apoyar este aumento, que se producirá también en las plusvalías (hasta un 20%) o en los cánones de agua y alcantarillado (25%), mientras el Gobierno local no diga a qué destinará los 4,5 millones de euros adicionales que recoger cada año.
Es más: este aumento se podría haber evitado con una buena gestión financiera que realmente atendiera las inquietudes y necesidades de nuestro municipio. Cualquiera al que se le pregunte seguramente dirá que edificios o dotaciones en desuso como las Caldas do Miño, el Impulso Verde o el carril bici no eran una prioridad.
La subida de tipos se debe también a otras tres circunstancias que quiero que sepas: acabaron con los ahorros dilapidando los 52 millones de euros que había en el tesoro restante en 2019; tienen una pérdida económica que se vio claramente a las puertas de las últimas elecciones municipales (en 2023 gastaron más de 15 millones de euros) y se ven obligados a recurrir a un préstamo de 13,5 millones de euros para financiar futuras inversiones.